En medio de un contexto económico dominado por la desaceleración inflacionaria y la presión del déficit fiscal, las tarifas energéticas se han convertido en el canal menos visible —pero más directo— del ajuste. Luz, gas y garrafas registran subas mensuales que no solo superan al Índice de Precios al Consumidor (IPC), sino que también golpean con mayor fuerza a los sectores más vulnerables, especialmente en las provincias del interior donde los subsidios son menores o casi inexistentes.
Tarifas vs Inflación
La economista y exsubsecretaria de Planeamiento Energético, Cecilia Garibotti, advirtió que los aumentos aplicados durante los últimos meses en el sistema energético representan una carga mayor al ritmo de la inflación. “Estamos en presencia de un ajuste silencioso, donde las tarifas crecen más rápido que los ingresos y sin discusión pública”, señaló.
Uno de los focos más preocupantes es la reciente desregulación total del mercado de garrafas, una medida que dejó sin precio de referencia a un insumo esencial para millones de hogares que no tienen acceso a gas por red. En solo unas semanas, el precio de las garrafas aumentó entre un 10% y un 20%, dependiendo de la región, y se estima que seguirá escalando ante la falta de controles.

“La situación es crítica en las provincias del NOA y NEA, donde la garrafa es el único recurso energético para calefaccionar hogares y cocinar”, explicó Garibotti. La desigualdad territorial en el acceso a la energía no es nueva, pero la eliminación de regulaciones y subsidios acentúa una brecha ya existente entre el AMBA y el resto del país.
Más allá de la cuestión social, el ajuste tarifario plantea un dilema económico estructural: ¿hasta qué punto puede el Gobierno trasladar los costos energéticos al consumidor sin dinamitar el consumo interno? Para muchos economistas, el riesgo de una recesión más profunda crece si el ajuste energético continúa en esta dirección.

En un país con una de las mayores reservas de gas y petróleo no convencional del mundo, la contradicción es evidente: abundancia energética para exportar, exclusión energética para vivir.
Con la mirada puesta en las elecciones de octubre, los analistas coinciden en que el Gobierno podría estar conteniendo parte del ajuste más severo para el día después. “Este es solo el anticipo —sostiene Garibotti—. Lo más duro puede llegar cuando se eliminen todos los subsidios y el mercado fije precios sin límites”.
El INDEC publicará este lunes la inflación de junio, que se espera ronde 1,8%, con subas en alimentos, bebidas y servicios regulados . https://t.co/y5SulnAXX3 pic.twitter.com/MYJcKNsCHe
— RadioUp (@radioup955) July 13, 2025