La jugadora misionera de squash, Paula Rivero, fue confirmada para representar a Argentina en dos eventos clave del calendario sudamericano: el Panamericano Juvenil en Asunción y el Panamericano de Mayores en Río de Janeiro. Ambos torneos se disputarán en las próximas semanas y marcarán un nuevo paso en su trayectoria internacional.
Con apenas 18 años, Rivero viene de cerrar una etapa de entrenamiento y competencia en Barcelona, donde alcanzó la final de un torneo satélite en Santa Cristina d’Aro. En ese certamen enfrentó a rivales que integran el ranking mundial y logró posicionarse entre las mejores, una experiencia que valoró como decisiva para su desarrollo.
“Jugué contra chicas que están cerca del top 100. Haber llegado a la final me mostró hasta dónde puedo llegar si mantengo el ritmo”, señaló. En Europa, la atleta contó con el respaldo del programa DAR (Desarrollo de Atletas de Rendimiento), que le permitió cubrir parte de los costos del viaje.
Su última presentación fue en el Paraguay Open, donde llegó hasta cuartos de final. Esa competencia sirvió también como preparación para el Panamericano Juvenil, donde enfrentará a dos de sus principales rivales regionales: Fiorella Gatti (Paraguay) y Laura Silva (Brasil).
Luego de su paso por Asunción, se sumará al equipo nacional en el Panamericano de Mayores que tendrá lugar en Río de Janeiro. Allí el nivel será aún más exigente, y Rivero buscará sumar rodaje frente a jugadoras con más experiencia en el circuito.
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Fuera de las canchas, también atravesó momentos complejos. Había sido aceptada por una universidad en Estados Unidos, pero no logró completar el proceso de ingreso por problemas con la visa.
La preparación mental también ocupa un lugar importante en su rutina. De cara a los próximos desafíos, Rivero apuesta al equilibrio entre técnica, entrenamiento físico y solidez emocional, mientras construye su camino en el squash profesional.