Nueva York vivió este lunes uno de los episodios más trágicos de su historia reciente, cuando un hombre armado irrumpió en un edificio de oficinas de Park Avenue, mató a cuatro personas, hirió gravemente a otra y luego se quitó la vida. El atacante fue identificado como Shane Devon Tamura, un joven de 27 años oriundo de Las Vegas, con pasado como jugador de fútbol americano y reciente empleo como guardia de seguridad en un casino.
El ataque ocurrió poco antes de las 18:30 en el 345 de Park Avenue, en pleno corazón de Manhattan. Según confirmaron las autoridades, Tamura portaba un rifle de asalto M4 y tenía licencia de armas en el estado de Nevada. Tras abrir fuego indiscriminadamente, se suicidó en el piso 33 del edificio, donde luego fue encontrado con una nota de suicidio en su bolsillo.

En la carta, Tamura escribió: “El fútbol americano de Terry Long me provocó encefalopatía traumática crónica y me hizo beber cuatro litros de anticongelante”, en referencia a una enfermedad neurodegenerativa asociada a los traumatismos craneoencefálicos provocados por golpes repetidos en la cabeza. Se trata de un padecimiento común entre exjugadores de fútbol americano, como él, que practicó el deporte de forma competitiva durante su juventud.
En su mensaje, Tamura también expresó su desprecio hacia la NFL, cuya sede —en una coincidencia escalofriante— se encuentra en el quinto piso del mismo edificio atacado.

La policía neoyorquina encontró en su vehículo municiones, un revólver cargado, cargadores adicionales, una mochila y medicamentos recetados, pero descartó la presencia de explosivos. Según confirmaron fuentes oficiales, Tamura tenía antecedentes de salud mental.
Un excompañero de secundaria del atacante expresó su asombro tras conocer la noticia. “Era un gran compañero. No causaba ningún problema, ni en el vestuario ni en el campo. Simplemente disfrutaba mucho del deporte”, recordó.
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Un hecho sin precedentes en décadas en Nueva York
El tiroteo fue rápidamente catalogado como el más letal ocurrido en Nueva York en los últimos 25 años. El último incidente de magnitud comparable ocurrió en el año 2000, cuando dos hombres armados asesinaron a cinco personas durante un asalto en un local de Wendy’s, en Queens.
En 2022, también se registró un hecho violento cuando un atacante lanzó granadas de humo y disparó dentro de un vagón del metro en Brooklyn, dejando 29 heridos, aunque sin víctimas fatales.
El dato resulta aún más escalofriante considerando que, un día antes de la masacre, el alcalde Eric Adams había celebrado que la ciudad estaba atravesando “el menor número de tiroteos y homicidios en la historia registrada”.
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