Más de 7.000 familias en Misiones reciben alimentos, tarjetas y capacitación gracias al Programa Hambre Cero, una política pública que se mantiene activa desde hace más de 15 años, aun en tiempos de recorte a nivel nacional.
Así lo afirmó Facundo Galeano, subsecretario de Derechos Económicos, Culturales y Sociales de la provincia, quien en diálogo con Radio Up destacó: “Vamos a contramano del gobierno nacional, un gobierno de recorte y ajuste. Acá se sigue sosteniendo y profundizando esta herramienta para los misioneros”.
El programa Hambre Cero tiene cobertura en los 79 municipios de Misiones y trabaja articuladamente con los municipios, la Vicegobernación, el Ministerio de Salud Pública y Desarrollo Social. “Es un programa netamente provincial con recursos nuestros”, explicó Galeano.
Quiénes y cómo acceden al programa “Hambre Cero”
La asistencia se enfoca en niños y adolescentes de hasta 18 años que presentan algún grado de vulnerabilidad nutricional. Para ser incorporados, se exige un certificado firmado por una nutricionista, que luego es evaluado por Salud Pública. “Trabajamos sobre la prevención más que nada. Una vez que nos dan el alta, se integra al programa”, explicó el funcionario.
El programa otorga $12.000 mensuales por persona, dos kilos de leche, un ticket para ferias francas y capacitaciones sobre nutrición y alimentación saludable. “Es una ayuda muy importante”, remarcó Galeano, y agregó que también se entregan alimentos no perecederos y se trabaja en talleres para toda la familia.
Además, cuando un beneficiario cumple 18 años, su lugar es ocupado por otro menor con necesidad. “Se hace un reemplazo para no perder los cupos y llegar a más chicos que lo necesitan”, detalló.

El impacto de la crisis y el crecimiento de la demanda
Consultado sobre la situación actual, Galeano reconoció un crecimiento en el pedido de asistencia: “Ya no pasa por un problema nutricional, sino por una necesidad más amplia de la familia”. En ese sentido, señaló que la inflación y los recortes del gobierno nacional impactaron fuertemente en los sectores populares: “Un paquete de leche hoy no tiene el mismo precio que el año antepasado”.
El aumento de la demanda también se evidenció en los comedores y merenderos, muchos de los cuales debieron cerrar por falta de recursos: “Sí, hubo un porcentaje muy alto de pedidos de merenderos y comedores. Nosotros seguimos caminando todos los barrios”, indicó.
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Territorio, comunidad y trabajo en red
Galeano destacó el trabajo de base que realizan las direcciones de Acción Social en los municipios, las nutricionistas, y otras áreas del Estado. Incluso mencionó que las comunidades indígenas también son incluidas, aunque con enfoques adaptados a sus costumbres.
“En algunas zonas, ellos son los que nos dan las charlas sobre cómo trabajar la tierra. Hay una conciencia muy alta del valor de la huerta familiar”, subrayó. Por eso, evitó hablar de “zonas críticas” y remarcó: “Gracias a Dios y al gobierno, nunca tuvimos un problema serio nutricional”.
A pesar de las dificultades económicas actuales, Galeano sostuvo que el gobierno provincial “nunca dejó de acompañar a este sector vulnerable”. Y concluyó: “Es digno de destacar que la provincia siga sosteniendo un programa donde se asegura que la leche esté en la mesa de nuestros chicos”.