En la cuenta regresiva hacia las elecciones legislativas nacionales del próximo 27 de octubre, la organización del proceso electoral en Misiones ya entró en etapa de definiciones. Con 25 partidos de orden nacional habilitados para competir en la provincia, la expectativa está puesta en cómo se conformarán los frentes y alianzas que finalmente llegarán a la boleta única. Según anticipó Ariel Marinoni, secretario Electoral Nacional en Misiones, se estima que el número final de listas -una vez conformados los frentes- estará entre “siete y diez espacios”, como sucedió en elecciones anteriores.
Aunque el calendario político transita un tramo de aparente calma, los plazos legales están en marcha. El próximo 7 de agosto vence el plazo para la presentación de frentes y alianzas, y el 17 de agosto es la fecha límite para la inscripción de candidaturas.
A partir del 21 de septiembre comenzará formalmente la campaña electoral, con la publicidad política en medios habilitada hasta 48 horas antes de los comicios.

Debut de la boleta única
El cambio más relevante será el uso de la boleta única de papel, por primera vez en una elección nacional en el país. Esto implica una transformación del procedimiento dentro de las escuelas, que requerirá adaptación por parte de las autoridades de mesa y los electores. Por ese motivo, desde la Justicia Electoral se enfatiza la importancia de contar con una estructura sólida de capacitación y voluntariado.
“Necesitamos la colaboración de la ciudadanía. Estamos hablando de más de 8.000 autoridades de mesa para cubrir alrededor de 2.900 mesas en la provincia”, explicó Marinoni en el programa “Arriba la Radio” por Radio Up. El registro de postulantes a presidente o vicepresidente de mesa ya está habilitado a través del sitio web de la Cámara Nacional Electoral. Quienes sean designados, además de ser capacitados, recibirán un viático, cuyo monto aún no fue oficializado.
A diferencia del sistema tradicional, la boleta única será entregada por la autoridad de mesa, firmada por ella, y deberá ser marcada con un marcador indeleble provisto por la organización. No habrá sobre, ni boletas partidarias previas: todo se concentrará en una única hoja oficial.
Recuento de los votos
El recuento también será diferente: las boletas se irán abriendo una por una, mostradas a los fiscales, y se anotarán los resultados en un papelógrafo dispuesto especialmente.
En este contexto, el rol de los fiscales partidarios cobra especial relevancia. Aunque no podrán manipular físicamente las boletas —algo expresamente prohibido por la nueva normativa—, sí podrán observar todo el procedimiento de emisión y escrutinio. Cada frente o partido deberá presentar sus fiscales ante la Junta Electoral Nacional, cumpliendo con los requisitos establecidos por la ley.
En cuanto a la logística del operativo, el Ejército Argentino será la fuerza responsable del comando electoral, con apoyo de Gendarmería Nacional. El Correo Argentino estará a cargo de la distribución y traslado de materiales, como en elecciones anteriores.
Algunos establecimientos escolares contarán nuevamente con equipos de identificación biométrica, un mecanismo que ya se ha utilizado en experiencias previas y que busca reforzar la validación del padrón. El padrón electoral todavía se encuentra en etapa de revisión. Las personas que detecten errores en sus datos, o que necesiten actualizar información personal, pueden hacerlo de manera virtual ingresando al sitio oficial de la Cámara Nacional Electoral.
También continúa vigente la posibilidad de gestionar el voto asistido para personas con discapacidad, y se garantizará la disponibilidad de cabinas accesibles cerca de los ingresos de los establecimientos.

Voto obligatorio y optativo
Por otra parte, se recordó que los jóvenes de 16 y 17 años están habilitados para votar, aunque su participación no es obligatoria. A partir de los 18 años, el voto es obligatorio para todos los ciudadanos, salvo para quienes tengan más de 70, que pueden optar por no concurrir.
“La única gran modificación es la forma de votar; el resto del sistema electoral se mantiene igual”, sintetizó Marinoni. De cara a octubre, el desafío institucional será lograr que todos los electores comprendan cómo funcionará el nuevo modelo y, sobre todo, que participen.
En una elección legislativa, la participación promedio ronda el 60%, pero la Justicia Electoral confía en que este cambio —que simplifica y transparenta el proceso— pueda incentivar una mayor concurrencia.
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