Este miércoles, a partir de las 14, se espera una masiva movilización en Plaza de Mayo impulsada por el Partido Justicialista (PJ) y sus distintas corrientes internas, bajo la consigna de respaldar a Cristina Fernández de Kirchner tras la notificación judicial que le ordena cumplir prisión domiciliaria. La marcha, que apunta a mostrar una imagen de unidad dentro de Unión por la Patria, será acompañada por un fuerte operativo de seguridad.
El Gobierno nacional confirmó que activará el protocolo antipiquetes, con presencia reforzada de fuerzas federales y vallado perimetral en los alrededores de la Casa Rosada y el Congreso. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, seguirá el operativo desde el Comando Unificado. El Ejecutivo también anticipó que se descontará el día a los empleados públicos que adhieran al paro para asistir a la manifestación. “Se va a monitorear la situación desde temprano”, señalaron desde el Ministerio de Seguridad, que también contempla eventuales cortes de tránsito en otros puntos de la ciudad.
El clima es de tensión: mientras el oficialismo se prepara para contener las consecuencias políticas del cumplimiento de la condena a Cristina Fernandez de Kirchner —seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por corrupción en la obra pública—, el peronismo busca capitalizar el momento con un gesto de fuerza callejera.
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Un cambio de planes obligado
La concentración frente a los tribunales de Comodoro Py fue desactivada luego de que se confirmara que la ex presidenta comenzaría a cumplir su pena bajo arresto domiciliario. Con ese nuevo escenario, el PJ trasladó el foco hacia la Plaza de Mayo, en lo que será un acto eminentemente político.
En la sede de Matheu, dirigentes de distintos espacios afines —desde intendentes del conurbano hasta referentes del kirchnerismo duro— acordaron reorientar la estrategia. El gobernador bonaerense Axel Kicillof encabezará la columna del Movimiento de los Ferrocarriles (MDF), mientras que dirigentes como Mayra Mendoza aseguraron que se trata de “una manifestación pacífica pero firme”.
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Protocolo y advertencias
La aplicación del protocolo antipiquetes tiene un objetivo claro: evitar el colapso del centro porteño, donde además todos los miércoles se realiza la tradicional marcha de jubilados frente al Congreso. Por eso, se prevé también un vallado en el Palacio Legislativo y un despliegue estratégico de unidades de las fuerzas de seguridad en accesos clave de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Fuentes oficiales sostienen que se trata de una medida preventiva, aunque no descartan eventuales intervenciones si se producen bloqueos o desbordes. La postura del Gobierno, en ese sentido, fue clara: no convalidar el uso del espacio público para reclamos partidarios que alteren el orden y la libre circulación.
La Casa Rosada, en paralelo, emitió una directiva interna: no se permitirá ausentismo por adhesión a la protesta en ninguna repartición estatal, bajo amenaza de descuentos salariales.

Un acto político con mensaje
Para el peronismo, el respaldo a Cristina Fernandez de Kirchner es también una respuesta a lo que consideran una “proscripción” judicial. Sin embargo, la manifestación excede la figura de la ex presidenta: apunta a consolidar un frente común en un contexto de desgaste social, recesión económica y creciente malestar por las políticas del actual Gobierno.
Mientras tanto, la imagen de una Plaza de Mayo colmada y la Casa Rosada rodeada de vallas revela el contraste entre la calle politizada y una administración que busca marcar límites con firmeza.
El mensaje del oficialismo es doble: tolerancia cero con los piquetes, pero sin caer en provocaciones. El del peronismo, en cambio, apuesta a victimizar a su principal figura política y mantener viva una narrativa de persecución.
La marcha de hoy a Plaza de Mayo será una postal potente en un año donde la agenda judicial y la política partidaria se entrecruzan. La activación del protocolo antipiquetes reafirma la decisión del Gobierno de no ceder ante la presión callejera, aunque deberá calibrar con cuidado su respuesta para evitar escalar el conflicto. La tensión está servida.
️ Senado sin sesiones: crece la tensión mientras el foco político y mediático apunta a Cristina Kirchner.
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“>Fuente: (TN)