En un gesto de reafirmación geopolítica y fortalecimiento de alianzas militares, el presidente venezolano Nicolás Maduro recibió este domingo al buque científico oceánico “Admiral Vladimirsky” de la Flota Báltica de la Federación de Rusia.
El arribo de la embarcación al puerto de La Guaira marcó un nuevo capítulo en la cooperación bilateral entre Caracas y Moscú, particularmente en materia de seguridad y tecnología marítima.
Durante un recorrido por el buque, Maduro destacó el carácter estratégico de la visita y celebró la profundización de los lazos militares entre ambos países. “Los mares de Venezuela están abiertos a la cooperación para un nuevo mundo junto a Rusia”, declaró el mandatario, acompañado de altos mandos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y representantes diplomáticos rusos.
La presencia del Admiral Vladimirsky, que opera bajo una misión científica y militar, fue interpretada por el gobierno venezolano como una señal de compromiso mutuo frente a los nuevos equilibrios globales. Maduro subrayó que la colaboración con Rusia representa una vía para el fortalecimiento de la soberanía marítima y el desarrollo tecnológico de Venezuela.

“La visita de este buque fortalece el trabajo conjunto entre la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y las fuerzas militares rusas”, afirmó el jefe de Estado, antes de firmar el libro de visitantes del navío. En el mensaje escrito, Maduro calificó al Admiral Vladimirsky como “un símbolo de la alianza estratégica y la cooperación profunda” entre Venezuela y Rusia, y envió un saludo personal al presidente Vladimir Putin y al cuerpo militar ruso.
El arribo del buque ruso se produce en un contexto simbólicamente relevante: los preparativos para la conmemoración del 80º aniversario de la victoria del Ejército Rojo en la Gran Guerra Patria, que se celebrará el próximo 9 de mayo en Moscú. Venezuela fue oficialmente invitada al acto central, donde se espera la presencia de jefes de Estado y representantes de varios países aliados de Rusia.
El gesto de Venezuela de abrir sus puertos a una embarcación rusa de estas características en medio de crecientes tensiones internacionales no pasó desapercibido. Mientras crece la influencia de Moscú en América Latina, la escala del Admiral Vladimirsky refuerza la narrativa del gobierno venezolano sobre una política exterior multipolar y de rechazo al alineamiento con potencias occidentales.
“Hoy reafirmamos que Venezuela no está sola, que caminamos junto a pueblos y gobiernos que creen en la autodeterminación, en la paz y en un nuevo equilibrio mundial”, expresó Maduro desde el muelle de La Guaira, entre banderas venezolanas y rusas.
La cooperación militar entre Venezuela y Rusia ha sido históricamente sólida y ha incluido ventas de armamento, asesoría técnica, ejercicios conjuntos y programas de formación. La llegada del Admiral Vladimirsky, con su sofisticado equipo para investigaciones científicas oceánicas y capacidades logísticas de largo alcance, abre una nueva etapa en esta alianza, con énfasis en la seguridad marítima y el intercambio científico-técnico.
Maduro concluyó su intervención haciendo un llamado a “seguir navegando juntos por los mares de la paz, la ciencia y la soberanía”, reafirmando su apuesta por una alianza que trascienda lo simbólico y se proyecte como parte de un eje estratégico global.