Lali Espósito criticó el enfoque de los medios y respaldó a Ricardo Darín: “Hay cosas que importan mucho más”. La cantante y actriz volvió a opinar sobre la realidad política y mediática del país, en medio de la polémica desatada por los dichos del actor Ricardo Darín, quien criticó el precio de una docena de empanadas en la Argentina actual. En declaraciones a medios nacionales, Lali defendió al actor y planteó un llamado de atención sobre las prioridades en la agenda pública.
“He sido foco de atención en algún momento. Creo que hay cosas que importan mucho más, como el Garrahan. Sin embargo, estamos hablando de una empanada”, expresó la artista, al referirse a la crítica situación económica del Hospital Garrahan, afectado por recortes presupuestarios.
Espósito calificó de “bizarro” el debate generado a partir de los dichos de Darín y consideró que su mensaje fue tergiversado: “Es clarísimo lo que quiso decir Ricardo. Lo que pasa es que estamos en una época tan corta y chata en las conversaciones que son poco importantes”.
Y con ironía, añadió:“Está buenísimo pegarle a Darín en este momento, que es el foco, y después será otro”.

Crítica al Estado de la ficción y la televisión
Durante el mismo encuentro con la prensa, la cantante también se refirió a la realidad de la industria audiovisual en el país: “Pude trabajar en la tele haciendo novelas, cuando las ficciones nacionales tenían un lugar porque se podía producir. Ahora no hay mucha ficción para los actores y hay tele de entretenimiento”.
En este sentido, mostró entusiasmo por su participación como jurado en la nueva edición de La Voz Argentina, junto a Nico Occhiato, Luck Ra, Los Miranda y Soledad Pastorutti. “Ya somos como familia”, aseguró.

Sobre su vida personal, comentó con humor que convive hace más de un año con su pareja, Pedro Rosemblat, y evitó hablar de casamiento: “Tenemos una rutina espectacular, pero no hablamos tanto de eso”.
Por último, rechazó una pregunta sobre si la madre de Rosemblat —trabajadora de vestuario en Telefe— le elegía la ropa: “No, yo tengo mi vestuarista, Maru Beltrancio”.