En el marco del Día Mundial de la Hidratación, que se conmemora este lunes, profesionales de la salud subrayan la importancia de mantener una correcta ingesta de agua y alimentos ricos en líquidos para preservar el buen funcionamiento del organismo y prevenir cuadros de deshidratación, especialmente durante los días más cálidos o de mayor actividad física.
La importancia de ingerir agua diariamente
“La hidratación no debe verse como una obligación, sino como un acto cotidiano de cuidado personal”, afirmó Carolina Santillán, directora de marketing e innovación en Eco Aguas y Bebidas Saludables. En ese sentido, señaló que muchas personas creen estar correctamente hidratadas por consumir infusiones, jugos o gaseosas, cuando en realidad estos líquidos no siempre cumplen el mismo rol que el agua.

El cuerpo humano está compuesto mayormente por agua —entre un 50% y 70% del peso corporal, según edad, sexo y contextura—, lo que refleja su rol esencial en funciones como la regulación de la temperatura, la digestión, la lubricación de las articulaciones y el transporte de nutrientes. El cerebro, por ejemplo, está formado en un 75% por agua, mientras que los riñones y el corazón contienen un 83% y un 79% respectivamente.
Si bien existe la conocida recomendación de “ocho vasos por día”, los especialistas aclaran que las necesidades hídricas varían según el clima, el nivel de actividad, la dieta e incluso la altitud del lugar donde se vive. La pauta general se sitúa entre 2 y 2,5 litros diarios, aunque es fundamental prestar atención a señales del cuerpo como la sed, la fatiga o el color de la orina: si es muy oscura o con olor fuerte, puede ser señal de deshidratación.

Se recomienda tomar en promedio 2 litros de líquidos por día, de los cuales 1,6 litros (8 vasos) deben ser de agua pura.
La OMS recomienda reducir el consumo de azúcares libres, tanto para los adultos como para los niños. Alimentos como dulces y golosinas contienen grandes cantidades de azúcares añadidos. Pero son las bebidas azucaradas las responsables del gran aporte diario de azúcares: gaseosas, jugos comerciales listos para consumir y en polvo, bebidas a base de soja, aguas saborizadas, bebidas a base de hierbas e infusiones a las que se les añade azúcar de mesa. Es importante controlar lo que se come y también lo que se bebe diariamente. El agua es el principal líquido para hidratar el cuerpo.
El consumo de azúcares libres se debería reducir a menos del 10% de la ingesta calórica total, lo que equivale a 50gr de azúcar por día para una alimentación promedio de 2.000 calorías. Esto es fácil de alcanzar consumiendo dos vasos de gaseosa regular al día. Una reducción por debajo del 5% de la ingesta calórica total produciría beneficios adicionales para la salud.
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Asimismo, se aclara que no todos los líquidos hidratan de la misma forma. Bebidas con alto contenido de azúcar, cafeína o alcohol pueden generar un efecto contrario al deseado. Las infusiones como el té o el mate, si contienen cafeína, tienen un leve efecto diurético que reduce su poder hidratante. En cambio, el agua —preferentemente natural y baja en sodio— sigue siendo la mejor opción para una hidratación efectiva.
Otra consulta frecuente es si es recomendable tomar líquidos durante las comidas. Los expertos coinciden en que no solo no afecta la digestión, sino que puede facilitarla, además de generar una sensación de saciedad beneficiosa para el control del apetito.
“Educar sobre las diferencias entre beber líquidos y realmente hidratarse es clave para incorporar nuevos hábitos”, concluyó Santillán. En este Día Mundial de la Hidratación, los especialistas llaman a revisar mitos y adoptar prácticas que ayuden a mantener el equilibrio hídrico del cuerpo, como parte fundamental de un estilo de vida saludable.
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“Somos naturaleza y agua, un planeta vivo que nos invita a reflexionar y cuidar nuestra casa común.” — Juan Yahdjian https://t.co/ntyieVOmze
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