La economía argentina está mostrando lo que parece un espejismo: hay superávit comercial, sí, pero cada vez más frágil, más chiquito y ransitorio. En marzo, el saldo de la balanza comercial fue positivo, pero apenas alcanzó los u$s 323 millones, una cifra que genera más preocupación que alivio.
¿Qué pasó? Las importaciones se dispararon un 38,7% en comparación interanual y alcanzaron los u$s 6.006 millones. ¿Por qué importamos tanto? Porque aunque los precios bajaron (6% menos), las cantidades compradas al exterior subieron un 47,5%. Es decir, estamos trayendo más cosas del exterior a un precio más bajo, pero en grandes volúmenes.
Esto pone presión sobre un superávit que, al compararlo con marzo de 2024, se achicó en u$s 1.837 millones. Lo que en la superficie puede parecer una señal de recuperación, es en realidad un dato que alerta sobre una economía que vuelve a demandar más de lo que puede ofrecer.
Las exportaciones cayeron 2,5% interanual y sumaron u$s 6.329 millones. Aunque los precios subieron 1,8%, lo que hizo caer el ingreso total fue la baja del 4,2% en las cantidades exportadas.
El sector primario, que se suponía sería la gran locomotora del ingreso de divisas, se desplomó un 16,1%. Y las manufacturas agropecuarias, apenas subieron 0,6%. Los productos industriales mostraron algo más de músculo con un alza del 13,1%, pero no fue suficiente. La energía, otro rubro clave, cayó 13,5%.
¿Conclusión? Vendimos menos y compramos más. El combo perfecto para que el saldo comercial positivo tambalee.

¿Qué estamos importando tanto?
Hay una pista muy clara: los argentinos están comprando cada vez más cosas del exterior. El rubro “Resto” —donde están incluidos los envíos por courier, tipo compras online internacionales— creció un 183%. , es decir: Compras por Amazon, Shein o Temu
También crecieron las importaciones de:
-
Autos para pasajeros: +107%
-
Bienes de consumo: +75,7%
-
Bienes de capital: +74,1%
-
Combustibles y lubricantes: +71,6%
-
Piezas y accesorios: +37,3%
-
Bienes intermedios: +6,1%
Este crecimiento no es solo consumo, también es producción. Pero cuidado: si las importaciones siguen en este ritmo y las exportaciones no repuntan, el superávit puede desaparecer.

En los últimos 12 meses, el saldo total fue positivo en solo u$s 761 millones. Es decir, un superávit anual que cabe en el bolsillo. Para un país con las urgencias de Argentina, este colchón es demasiado delgado.
Lo que muestra el informe del INDEC es que el país sigue teniendo problemas estructurales para generar divisas genuinas, y que si no hay un shock exportador —como se esperaba del campo—, la mejora del superávit es solo un maquillaje que no resiste más que un par de semanas.
Leé más: El BCRA flexibilizó el acceso al dólar para inversores extranjeros
Fuente: (Con información de