A solo un día de su estreno, El Eternauta ya es un fenómeno. La serie argentina protagonizada por Ricardo Darín se volvió tendencia en redes y, tras la repercusión, Netflix confirmó la segunda temporada. Sin embargo, entre el entusiasmo y la expectativa, los fans no tardaron en detectar y debatir las diferencias entre esta adaptación y la obra maestra de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López.
Una de las decisiones más significativas del director Bruno Stagnaro fue actualizar la línea temporal. Mientras el cómic situaba la historia en una Buenos Aires contemporánea a su publicación (1957), la serie transcurre en la actualidad. Esa elección cambia el anclaje político y social de la historia, y obliga a reinterpretar varios elementos del relato original.

Cambios en la narrativa y el inicio
La historieta empieza con un encuentro misterioso entre un guionista y un hombre que aparece para contarle la historia de Juan Salvo. La serie, en cambio, arranca en tono más cinematográfico: un grupo de amigas en un velero por el Río de la Plata y luego un grupo de amigos reunidos en la casa de Alfredo Favalli. En lugar de cuatro personas jugando al truco —como en el cómic—, la versión de Netflix incluye un quinto personaje, Omar, ampliando el grupo original.
Aunque la ciudad sigue siendo clave en la ambientación, las rutas y recorridos no son los mismos que en la historieta. La serie toma como base el primer fascículo, pero incorpora detalles estéticos de la segunda parte. Se busca, según el equipo de producción, conservar el espíritu del cómic, más que reproducirlo escena por escena.
Quizás el cambio más profundo esté en el protagonista. En el cómic, Juan Salvo tiene unos 40 años, es reservista y está casado. En la serie, Darín interpreta a un Salvo de más de 60 años, excombatiente de Malvinas, lo que justifica su pericia en armas, pero también su trauma frente a la violencia. Esa decisión le da mayor densidad psicológica al personaje, aunque cambia su esencia original. En esta versión, Salvo está separado, lo que altera también la dinámica familiar.
Otro cambio importante ocurre en los personajes femeninos. La hija de Salvo, llamada Martita en el cómic y Clara en la serie, gana protagonismo. Y Elena, su esposa en la novela gráfica, tiene un rol pasivo, casi ausente. En la serie, el personaje interpretado por Carla Peterson se involucra activamente en la resistencia y tiene una presencia mucho más fuerte. Además, el vínculo con Salvo está teñido por la separación, un elemento ausente en el texto original.
La milicia, con motivación personal
En el cómic, Salvo se une voluntariamente a una milicia civil tras la nevada mortal. En la serie, esa decisión se retrasa para desarrollar más su conflicto interno. Su experiencia en la guerra de Malvinas lo vuelve un hombre reticente a empuñar un arma, sumando una nueva capa a la narrativa.
La serie de El Eternauta no es una réplica del cómic: es una relectura desde el presente, con licencias creativas que buscan atraer a nuevas audiencias y resignificar el relato. Aunque algunos cambios incomodan a los puristas, el fenómeno ya está en marcha. La nevada, esta vez, cae en streaming.