Juan Nóbile, investigador del Equipo Argentino de Antropología Forense, destacó el rol de la ciencia en la búsqueda de desaparecidos. Explicó que la desaparición de cuerpos fue un plan sistemático y que las familias solo cierran el ciclo con la identificación de las personas. El trabajo del equipo fue replicado en más de 50 países.
En el marco del 49° aniversario del último golpe de Estado en Argentina, Juan Nóbile, investigador del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), brindó precisiones sobre el trabajo forense en la búsqueda de desaparecidos. “La desaparición de cuerpos fue un plan sistemático, y fue necesario aplicar métodos de la antropología para la búsqueda, excavación y reconocimiento”, afirmó en diálogo con El País de la Libertad.
El trabajo del EAAF comenzó en 1984, a partir de la demanda de familiares que buscaban a las víctimas de la dictadura. Desde entonces, han trabajado en la identificación de personas enterradas como NN en cementerios y fosas comunes. A lo largo de los años, la labor del equipo fue clave para reconstruir lo sucedido y aportar pruebas en juicios por delitos de lesa humanidad.
Nóbile señaló que la cifra de desaparecidos sigue siendo una cuestión abierta y que el Estado debe aportar datos concretos. “La discusión sobre la cifra la debe cerrar el Estado aportando los datos de desaparecidos, ya que lo actual remite a aproximaciones en base a datos investigativos de la CIA y de otros organismos”, explicó.
Sobre la estrategia de ocultamiento de cuerpos, señaló que “la desaparición de cuerpos fue una estrategia horrorosa, bajo el argumento de que si no hay cuerpo, no hay delito”. En este sentido, consideró que el trabajo forense fue de vital importancia para las familias y la conclusión de esta lúgubre etapa. “Para los familiares de las personas desaparecidas, el ciclo no se cierra hasta que no tienen una verdad, hasta que no hallan el cuerpo”, aseguró.
El antropólogo explicó que la búsqueda de los restos comenzó en los cementerios de las capitales provinciales, donde se analizaron tumbas sin identificación. “Nuestra búsqueda empezó en todos los cementerios de las capitales provincias en las tumbas anónimas de las personas no identificadas (NN)”, explicó. También hallaron fosas comunes en distintos centros clandestinos de detención.
El impacto del trabajo del EAAF trascendió fronteras. “El trabajo tuvo un impacto mundial muy fuerte, hoy alrededor de 50 países trabajan de la misma manera que nuestro equipo”, indicó Nóbile. La metodología desarrollada en Argentina se convirtió en un modelo internacional para la identificación de víctimas de violaciones a los derechos humanos.
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En 2020, el equipo fue postulado al Premio Nobel de la Paz en reconocimiento a su labor. La investigación y la identificación de cuerpos han sido fundamentales para la reconstrucción de la memoria histórica y la búsqueda de justicia. Para Nóbile, esta fecha es una oportunidad para reflexionar sobre el pasado y el presente. “Esta fecha es importante para reflexionar sobre los peligros de perder el orden democrático”, advirtió. A 49 años del golpe de Estado, el trabajo del EAAF sigue siendo un pilar en la lucha por la verdad y la justicia.