A sus 73 años, Alfredo, vecino de Catamarca, decidió probar un método poco convencional para encontrar pareja: pegar volantes en la vía pública. “Pensé de qué forma puedo buscar una pareja, comunicarme un poco así con el sexo femenino”, cuenta. La respuesta fue inesperada: cerca de 100 personas lo contactaron, y mantiene conversaciones con al menos cinco.
“Yo soy cordobés y hace 20 años que vivo en Catamarca. Ya estuve casado, o sea, conozco bien cómo es el matrimonio”, explica Alfredo. Su iniciativa tomó inspiración de una vieja costumbre de su ciudad natal: los avisos matrimoniales en los diarios. “Cuando yo vivía en Córdoba, había un diario en el que vos podías poner avisos de tus necesidades. Entonces dije, bueno, voy a usar ese método que daba resultados en esa época, y ahora también da muy buenos resultados”.
La idea se tradujo en 500 volantes impresos, de los cuales solo distribuyó 150, logrando una efectividad sorprendente. “Aproximadamente 100 personas seguro que me han mandado mensajes”. Entre ellas, hay mujeres de diversas edades, incluso algunas de 20 años, aunque él aclara: “Uno tiene que poner límites”.
Espiritualidad, límites y una visión particular sobre el amor
Alfredo no se define solo por su búsqueda romántica. “Soy una persona que hace 20 años que me dedico al mundo espiritual. Conozco bien cómo se mueven todos los caminos que conducen al mundo espiritual, a la parte del espíritu”. Se considera taoísta, respeta todas las religiones y es vegetariano. “Me invitaron a ser vegetariano porque íbamos a trabajar en el aparato digestivo de una forma conocida en otros países”.
Para él, el amor y las relaciones son parte de un proceso de equilibrio interno. “Estamos experimentando y trabajando el aparato reproductor, que tanto miedo le tenemos, ¿no es cierto?”. Desde su perspectiva, todo en la vida se ordena con disciplina y conocimiento: “Si vos acomodas bien tu aparato digestivo, acomodas bien tu aparato reproductor, está ordenado. Entonces, se produce todo: se produce el amor, se produce la atención, el tiempo que le tenés que dedicar a cada cosa”.
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Conversaciones diarias y un método de selección particular
De los muchos contactos que recibió, Alfredo ha seguido en comunicación con tres o cuatro mujeres de entre 49 y 52 años. “Si sigue esta relación, vamos a experimentar un mes juntos, con vivencias, viéndonos todos los días”. Sin embargo, su enfoque no es apresurado. “No yo dejarme llevar por un estado de ánimo o por una emoción, sino más bien receptar y ver qué quiere, qué necesita, qué quiere saber”.
Este 14 de febrero no planeó ninguna cita especial, pero sí dejó la puerta abierta. “Yo espero que me llamen, siempre respondo si me llaman”.
A pesar de su experiencia de vida, Alfredo cree que siempre es posible encontrar compañía. “Se puede conocer de nuevo el amor en la tercera edad. Es una parte del cuerpo que vos acomodas. Entonces, si está ordenado, se produce todo”.