Las semillas de chía son consideradas un superalimento por su alto valor nutricional, aportando fibra, proteínas, ácidos grasos omega-3, calcio, hierro y antioxidantes. Cultivadas desde tiempos ancestrales, estas pequeñas semillas tienen la capacidad única de absorber líquidos y expandirse hasta diez veces su tamaño, lo que las convierte en un ingrediente popular para batidos, pudines y ensaladas.

Sin embargo, especialistas de Good Housekeeping y la Escuela de Salud Pública de Harvard advierten sobre un error común que puede afectar el sistema digestivo: consumir chía sin la adecuada hidratación o en exceso. El gastroenterólogo Dr. Bass señala que la falta de agua puede provocar que las semillas se expandan en el esófago, causando molestias como hinchazón, gases o estreñimiento, especialmente en personas con sensibilidad gastrointestinal. Por ello, recomiendan no superar una cucharada diaria si están remojadas, o una cucharadita en seco, y beber al menos 1,9 litros de agua diarios para evitar complicaciones.
Personas con síndrome del intestino irritable o diverticulosis deben prestar atención, ya que la fibra de la chía puede resultar irritante. Para un consumo seguro, se aconseja respetar las cantidades recomendadas y acompañar siempre con abundante agua. Las semillas de chía pueden incorporarse fácilmente en la dieta diaria, desde barras de granola hasta panes, sin necesidad de molienda, conservando todos sus beneficios.
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Fuente: (Infobae)