Asi como el pacto de Versalles le puso fin a la primera guerra mundial y la capitulación alemana en el segundo conflicto bélico mundial determinó que la barbarie había concluido, actualmente nos encontramos a las puertas de un probable armisticio, que promete ser el principio del fin de un conflicto que mantiene en vilo al mundo entero.
El conflicto armado entre Rusia y Ucrania, que valga aclarar, comenzó con la invasión injustificada del primero, ha marcado un antes y un después en las relaciones entre las potencias, así como también de las super potencias. Rusia contra la comunidad europea, y contra la OTAN, que dicho sea de paso tiene como actor principal a nada mas y nada menos que a EE. UU.
El conflicto, que tuvo sus comienzos ya hace 3 años, cuenta con un panorama claro, con Rusia buscando ocupar territorio ucraniano y por otro lado Ucrania luchando por aquello que no ha sido destruido por el conflicto, las hostilidades continuaron hasta hace unas semanas, en su punto más álgido. Además, la postura del nuevo gobierno estadounidense no ha sido de mucha ayuda ya que, el vicepresidente electo ha sido uno de los republicanos que mas se opuso a los paquetes de ayuda económica que el país americano ha enviado a Ucrania, y que además tuvo un intercambio sumamente hostil cuando el presidente Zelenski visitó la Casa Blanca, enfrentamiento que contó además con el presidente Trump y varios miembros de la prensa.
Luego de este encuentro, la comunidad europea casi en su totalidad condenó a la administración Trump con furia, mostrando un claro apoyo a Zelenski y al pueblo ucraniano, mientras que, del otro lado, los rusos se relamían con la posibilidad de un ataque progresivamente masivo hacia tierras ucranianas. Sin embargo, en los últimos tiempos y luego de una presión masiva, la Casa Blanca hizo acuse de recibo y decidió ver la verdadera carta de Putin, en cuanto a sus intenciones con Ucrania. Las ínfulas imperialistas del Kremlin no se detendrán en Ucrania, y sus vecinos lo saben, Polonia es uno de los países que desde un principio comprendió esto, es por eso que decidió incrementar su poderío militar y comenzó a prepararse para lo peor.
Con las cartas sobre la mesa y con un riesgo cada vez más exponencial, la administración Trump decidió ponerse firmes y formalizó el pedido a ambas partes para que se sienten a negociar el tan ansiado (por parte de Ucrania) cese de hostilidades. Si bien las negociaciones prometen ser ríspidas, el hecho de que se produzcan encuentros ya es positivo.
Las negociaciones se llevan a cabo en Turquía (a pedido del presidente Putin), las primeras señales ya han sido claras, del lado ruso, la comitiva cuenta en su mayoría con figuras de segunda y tercera línea, es decir, no cuentan con el poder de decisiones que se necesitan para estas negociaciones, en cambio la comitiva ucraniana cuenta con figuras de primera y segunda línea, como primer mensaje, solo el último se muestra dispuesto a terminar con el conflicto.
Sin embargo, el primer logro fue más que significativo, ya que acordaron la liberación de 1000 prisioneros de guerra, de ambas partes. Ahora comienza lo mas difícil, Rusia exige que el territorio anexado desde que comenzó el conflicto, le sea cedido, mientras que Ucrania solicita ser miembro de la OTAN, y ambas partes rechazan absolutamente ambos pedidos.
Por más ardua y prolongada que sean las negociaciones, el mundo entero observa y ruega que la pesadilla se termina, especialmente Ucrania, que deberá, una vez más, surgir como el mismísimo Fénix, desde las cenizas.