Un reciente informe de Argentinos por la Educación, basado en los resultados de las Pruebas Aprender 2023, encendió las alarmas sobre el clima escolar en las escuelas primarias de Argentina. Los datos revelan una preocupante realidad: seis de cada diez alumnos encuestados afirmaron haber sufrido algún tipo de agresión por parte de sus compañeros, ya sea en el ámbito escolar o a través de redes sociales. Aún más desolador es el hecho de que el 36% de los chicos se siente discriminado dentro de la escuela.
El estudio, que mide el vínculo emocional de los estudiantes con su institución educativa y la calidad del trato con sus pares, destaca que los motivos de discriminación más frecuentes son el aspecto físico, seguido por los gustos o intereses personales, y la orientación sexual o identidad de género. Geográficamente, provincias como Chaco, Santiago del Estero y La Rioja presentan los índices más altos de situaciones de discriminación.
Frente a esta problemática, el informe subraya que la respuesta de las escuelas sigue siendo predominantemente tradicional y reactiva. Los docentes intervienen, se dialoga con los alumnos y se convoca a los padres mediante notas o reuniones. Sin embargo, lo que se observa es una marcada ausencia de un enfoque preventivo. “En Argentina no se trabaja desde la prevención”, enfatizó Paola Zabala, directora de la Comunidad Anti Bullying y una de las expertas encargadas del informe en diálogo con La Última Rosca, programa que se emite de lunes a viernes de 18 a 20 por Radio Up. Este método, centrado en el régimen disciplinario y las charlas esporádicas, demuestra ser insuficiente para abordar la complejidad del acoso y la discriminación.
El informe propone un cambio de paradigma, señalando que las prácticas exitosas a nivel global se basan en la formación escolar, la participación estudiantil activa a través de actividades lúdicas, y reformas institucionales que revisen las normas del colegio. La vinculación comunitaria, que implica la participación activa de los padres en la educación de sus hijos, también es crucial para transformar la cultura escolar. “Esto es adelantarnos al problema y trabajar desde la prevención, que es lo que muestra la evidencia que son las prácticas de éxito en todo el mundo y que aquí en Argentina todavía no se están llevando a cabo”, explica la especialista.

El bullying es un problema que afecta a estudiantes en las escuelas
La relevancia de un clima escolar positivo no es menor, ya que tiene una incidencia directa en el proceso de aprendizaje de los niños. Un estudiante que es víctima de bullying difícilmente podrá concentrarse en sus estudios o desear asistir a la escuela. El bienestar emocional se convierte así en un pilar fundamental para el desarrollo académico y personal.
Un aspecto novedoso y preocupante abordado por el estudio es la creciente implicación de las redes sociales en las agresiones. Se estima que, en promedio, la mayoría de los niños argentinos de 8 o 9 años ya poseen un smartphone. Sin embargo, la educación sobre el uso responsable del mundo digital es escasa. La experta hizo hincapié en la necesidad de que los adultos se formen en problemáticas como el cyberbullying y el grooming para poder anticiparse y dialogar con los niños antes de entregarles un dispositivo.
En este sentido, siguió la recomendación del psicólogo social Jonathan Haidt, autor de “La generación ansiosa”, de no entregar smartphones antes de los 12 años y evitar las redes sociales antes de los 16, debido a su impacto directo en la salud mental de niños y adolescentes, etapas consideradas altamente vulnerables.
Identificar tempranamente las señales de acoso o maltrato resulta un desafío, ya que los niños rara vez expresan directamente lo que les sucede. Sin embargo, los padres pueden estar atentos a ciertos indicadores: dolores de panza o cabeza frecuentes que impiden ir al colegio, disminución en el rendimiento académico, aparición de objetos rotos sin explicación, falta de pertenencias, pérdida de interés en actividades con compañeros (como cumpleaños) o un notorio ensimismamiento y tristeza. Si bien estos signos no confirman el bullying, sí alertan sobre la necesidad de investigar qué está ocurriendo.
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En escuelas de Argentina la problemática crece, según informe
En Argentina, la problemática carece de estadísticas oficiales sobre bullying, y la mayoría de los colegios no cuentan con protocolos de actuación específicos. La conocida Ley de Convivencia Escolar establece la necesidad de acuerdos de convivencia, pero no aborda de manera detallada los casos de bullying. La falta de inversión, dedicación y tiempo impide implementar talleres emocionales o programas de prevención más profundos. A menudo, las intervenciones se limitan a charlas esporádcas o a actuar solo después de que un incidente grave toma trascendencia pública.
Se destaca la ineficacia de la mediación en casos de bullying, ya que esta requiere una paridad de poder entre las partes, algo inexistente cuando una persona acosa a otra. Además, observó una tendencia a responsabilizar a la víctima, sugiriéndole cambiarse de escuela o buscar asistencia psicológica, en lugar de abordar el problema como un fenómeno grupal que involucra no solo a la víctima y al acosador, sino también a los testigos. Un ejemplo exitoso de abordaje integral es el método KIVA, implementado en Finlandia, que involucra a toda la comunidad educativa: docentes, alumnos y padres, y trabaja con los testigos, entendiendo que su rol es fundamental para la dinámica del acoso.
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Es crucial comprender que el hostigador también puede estar atravesando una problemática personal, como violencia intrafamiliar. Aunque la atención prioritaria debe ser la víctima, es esencial trabajar con todo el grupo, ya que “cuando no hay público, no hay espectáculo”. La reducción del número de testigos, de hecho, acorta la duración de las dinámicas de bullying.
El informe de Argentinos por la Educación se presenta como una herramienta fundamental para comprender la magnitud de este desafío y la urgencia de implementar estrategias preventivas y formativas que transformen las escuelas en espacios seguros y propicios para el desarrollo integral de los niños.
La serie #Adolescencia explora el oscuro lenguaje digital juvenil, incels y la manósfera, revelando su impacto en el bullying y la violencia online. Más detalles en la nota https://t.co/Q2UbW05s9f
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