En diálogo con Radio Up, Paredes afirmó que “el Poder Judicial es el poder más oscuro, el menos revisado” y remarcó que el caso Vázquez es uno de los más claros de condena a inocentes en la historia judicial de Misiones.
Si bien no fue parte del juicio inicial, el abogado integró luego un grupo que trabajó por su liberación. “La corte anuló la condena en realidad. El Superior vuelve a dictarle una condena, lo cual es totalmente errado desde el punto de vista normativo”, explicó.
En ese contexto, recordó que la liberación definitiva llegó gracias a la intervención de Nora Cortiñas, madre de Plaza de Mayo: “Fue a hablar con Lorenzetti. Le dijo ‘dame diez días’. A los diez días le respondió: ‘Yo soy uno solo, mi voto ya lo tiene’. Habló con los demás y la absolvieron. Pero creo que la absolvieron por Nora Cortiñas”.

Errores estructurales y condenas sin pruebas
Paredes denunció una falla estructural profunda en la justicia argentina: “Argentina tiene un gran problema en la estructuración jurídica que tenemos. No hay trabajos sobre los errores judiciales en materia de hechos. La cantidad de condenados inocentes no se sabe cuánto hay, son muchísimos”.
Además, criticó la falta de formación técnica de abogados y jueces en torno a la valoración de pruebas: “En la enseñanza de la abogacía no se nos enseña la palabra hipótesis. No se enseña cómo se prueba un hecho. Tenemos una formación muy superficial normativa”.
Por eso, defendió el sistema de juicios por jurado: “Un abogado no tiene una mayor instrucción que una persona común para entender si un hecho fue realizado por una persona o no. Por eso el jurado es más eficiente”.

Falta de revisión y burocracia judicial
Una de las denuncias más graves fue sobre el déficit en los mecanismos de revisión de sentencias: “Uno de los mitos que hay es que si vos te juzgan, hay alguien que revisa una condena. Y la realidad es que no hay nadie que revise. Es una burocracia”, dijo.
Incluso afirmó que los jueces del Superior Tribunal firman trabajos hechos por empleados.
“Se inhiben los ministros, pero esto es una falsedad, el expediente queda ahí y lo hacen los empleados y hacen firmar a otros”, explicó.
También denunció que “juez que comete un error que cuesta la libertad de una persona no tiene ningún tipo de sanción”, y en muchos casos, “revocan más absoluciones que condenas”.
Propuesta para crear una comisión extra poder
Paredes impulsa la creación de un organismo de control independiente al estilo de los modelos de Inglaterra o España: “Estoy armando con un grupo una comisión extra poder. Hablé con el ex diputado Damiani, y creo que voy a hablar con la diputada Torres. Esto atraviesa los partidos, debería estar fuera de la agenda de una elección”.
El objetivo es revisar especialmente las condenas perpetuas y las causas con prisión preventiva prolongada, como el caso de Ángel Velázquez: “Hace cinco años que está en la Unidad Penitenciaria N°7. En Argentina la prisión preventiva no puede superar los tres años. El tribunal tiene que ponerlo en libertad”.
Para concluir, fue categórico: “Es un tema del que se habla poco. Políticamente interesa poco porque no te mueve el amperímetro electoral. Pero la cantidad de condenados inocentes es altísima”.
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El caso de Cristina Vázquez
Cristina, junto a Cecilia Rojas fueron condenadas por el crimen de Ersélida Dávalos de Insaurralde (79). El caso comenzó el 27 de julio de 2001, cuando la jubilada del Poder Judicial de Misiones fue asesinada a golpes en la cabeza, presuntamente con un martillo, en su casa de Posadas. La mucama la encontró al día siguiente en el lavadero y se determinó que de la vivienda habían robado dinero y joyas, pero no se hallaron testigos para esclarecer el hecho.
No obstante, en 2002 fueron presas ambas mujeres, luego liberadas y detenidas otra vez en 2008; finalmente en 2010 recibieron prisión perpetua por “homicidio calificado criminis causa”.
El fallo fue confirmado por el Superior Tribunal de Justicia de Misiones, pero fue apelado a la Corte Suprema, que en 2016 ordenó revisarlo integralmente, lo cual no se hizo y por eso volvió al máximo tribunal.

La defensa siempre planteó serias irregularidades: al momento del crimen, Vázquez estaba a ocho kilómetros de donde mataron a Dávalos de Insaurralde y ninguna prueba científica ni testimonial directa pudo comprobar su participación en el delito.
Sólo se tomó en cuenta que el día anterior por la tarde Cristina había pasado por la puerta de la casa de la víctima con una amiga y testimonios contradictorios.
El pasado 26 de agosto del 2020, en plena pandemia, fue encontrada muerta cerca de las 14 en el sector de ingreso principal a su casa del barrio El Palomar de la capital de Misiones por su hermana. Desde hacía días, no contestaba los mensajes ni atendía a su puerta. La principal hipótesis apuntó a un suicidio, producto del cuadro depresivo que atravesaba.
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