Este martes se dieron a conocer los resultados del monitoreo poblacional de yaguaretés correspondiente al año 2025, que estimó una población de entre 64 y 110 individuos, con una media de 84 ejemplares en la selva misionera. El informe fue presentado en Posadas por la Fundación Vida Silvestre Argentina y el equipo del Proyecto Yaguareté (CeIBA – CONICET) durante la Reunión Ordinaria del Comité de Gestión del Plan Nacional de Conservación del Monumento Natural Yaguareté.
La cifra representa una leve disminución respecto al monitoreo anterior, que había arrojado una media de 93 individuos, tras varios años de crecimiento y estabilidad. “Este nuevo dato es una señal de alerta. El yaguareté es un indicador de la salud del ambiente. Esta leve disminución refleja una presión creciente sobre nuestros ecosistemas”, advirtió Lucía Lazzari, coordinadora del programa Bosques de la Fundación Vida Silvestre Argentina.

Una historia de conservación sostenida desde 2003
Los relevamientos poblacionales del yaguareté se realizan cada dos años desde 2003, cuando la población se estimaba en apenas 40 ejemplares. Desde entonces, gracias a acciones de conservación, educación y gestión territorial, se logró duplicar y estabilizar su presencia en la región. “Aunque esta diferencia no es estadísticamente significativa, debemos prestarle atención para evitar una caída poblacional mayor”, señaló Agustín Paviolo, investigador del CONICET y líder del Proyecto Yaguareté.
La Selva Misionera, junto a los parques nacionales do Iguaçu y do Turvo en Brasil, conforma el mayor remanente de Bosque Atlántico del Alto Paraná. Allí se centra el esfuerzo binacional liderado por científicos del Instituto de Biología Subtropical (Argentina) y el Proyecto Onças do Iguaçu (Brasil), con apoyo de Fundación Vida Silvestre, WWF-Brasil, la Administración de Parques Nacionales y el Ministerio de Ecología de Misiones.

Así se monitorean los yaguaretés: cámaras trampa y algoritmos
El monitoreo se basa en el uso de cámaras trampa, dispositivos fotográficos que se activan automáticamente con el movimiento. En esta edición se desplegaron 267 estaciones de muestreo, cubriendo más de 570.000 hectáreas entre ambos países, una superficie equivalente a 27 veces la Ciudad de Buenos Aires.
Cada yaguareté es identificado individualmente gracias a su patrón único de manchas, como una huella digital. A partir de las imágenes se aplican modelos matemáticos que estiman una población con rangos de confianza, reflejando la incertidumbre natural de estos estudios, pero permitiendo evaluar tendencias a lo largo del tiempo.
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Misiones sigue siendo el principal refugio en Argentina
A pesar de la leve baja poblacional, Misiones mantiene la población de yaguaretés más numerosa de Argentina y de todo el Bosque Atlántico que comparte con Brasil y Paraguay. “Proteger al yaguareté es también mejorar la calidad de vida de quienes compartimos su territorio”, remarcaron desde Fundación Vida Silvestre, haciendo hincapié en la necesidad de redoblar esfuerzos ante las amenazas ambientales.
El monitoreo fue presentado ante representantes del Ministerio de Ambiente de la Nación, Parques Nacionales, el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables de Misiones, el Instituto Misionero de Biodiversidad y otras instituciones.

Hendú, el yaguareté que cruzó la frontera y refuerza la importancia del corredor verde
Durante la jornada se compartió también el caso de Hendú, un yaguareté macho que fue registrado por primera vez en 2020 en el Parque Nacional Iguazú (Argentina), y desde 2024 en Brasil. Gracias a un collar satelital colocado por el Proyecto Onças do Iguaçu, se pudo confirmar que cruzó la frontera, demostrando la vital importancia de los corredores biológicos transfronterizos.
“La historia de Hendú confirma que los animales no reconocen fronteras. La conectividad entre áreas protegidas es clave para su supervivencia”, subrayaron los investigadores.
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