Hoy se me ocurrió abordar nuestras temáticas habituales, pero desde una óptica diferente. En nuestro país es habitual hablar sobre la connivencia latente entre el futbol y la política. Sin ir más lejos, al presidente de la Asociación del Futbol Argentino, Claudio Tapia, constantemente se lo relaciona con el kirchnerismo, así como también con el massismo. Mas allá de los vínculos institucionales, es de común conocimiento que gran parte de la política utiliza a los denominados “barras bravas” como fuerza de choque, siendo esta la última razón por la cual los dirigentes ingleses que vinieron a nuestro país para colaborar en el intento de erradicar la violencia del futbol declararon que era imposible terminar con las barras bravas mientras los dirigentes y los dirigentes políticos lo apañen. Gente, sin ir mas lejos, somos el único país en el planeta donde el publico visitante no puede ingresar a las canchas.
Mas allá de esto último, hoy nos trae un hecho sin precedentes que sucedió no hace mucho, un partido de futbol que desencadenó en uno de los conflictos bélicos mas terribles del siglo 20, la guerra de los Balcanes.
En mayo de 1990, se proponía jugarse uno de los clásicos mas significativos de la entonces Yugoslavia, por un lado, el Dínamo Zagreb (Croacia) y del otro el Estrella Roja (Serbia). El clásico se disponía para jugarse en Zagreb, pero los delije (barras del estrella roja” no se iban a perder esta contiendo, y es así como viajaron 3000 hinchas. Los delije se caracterizaban por ser extremadamente violentos y nacionalista. Es asi como llegaron coreando la canción “Zagreb es Serbia”.

Del otro lado los esperaban los bad blue boys, los barras del Dínamo Zagreb, nacionalistas como los delije, comenzaron a ingresar al estadio embanderados con los colores de Croacia, quemando banderas de Yugoslavia y plagando los alrededores del estadio con consignas independentistas. Cabe aclarar que la entonces República Federal Popular de Yugoslavia, nació poco después del fin de la segunda guerra mundial, bajo un gobierno comunista, y marcado por la mano de hierro de Josip Broz Tito, mejor conocido como el “mariscal Tito”. Yugoslavia estaba conformada por distintas republicas; Bosnia y Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Macedonia, Montenegro y Serbia. Siendo esta última y Croacia las acérrimas enemigas.
Luego de la muerte del “mariscal Tito” en 1980, la zona se convirtió en un polvorín político, con las distintas repúblicas comenzando a sus intentos independentistas, llegando a los 90 con un descontento étnico, político y social que llegaría a un punto de no retorno.
Volviendo al clásico futbolero y ya cuando todos los protagonistas palpitaban la previa del partido a pura violencia, con un clima insostenible, y que también era testigo de como las fuerzas de seguridad se veían claramente superadas.
Una vez que los delije se preparaban para ingresar a sus lugares designados, fue cuando comenzó la violencia, los barras del Estrella Roja a medida que ingresaban iban acuchillando y golpeando a todo aquel que se les cruce, sin ningún tipo de contemplaciones, con la policía en clara postura de complicidad y con los bad blue boys enfurecidos del otro lado, mirando impotentes como sus enemigos actuaban con total impunidad. Una vez que estos últimos rompieron los vallados, comenzó el principio del fin. La policía comenzó a reprimir con brutalidad a los hinchas del Zagreb, con lases lacrimógenos, balas de goma, golpes y macanazos, las fuerzas de seguridad impedían que los barras del Zagreb lleguen adonde estaban los delije, y todo esto ante la presencia de los jugadores del Dínamo que lejos de huir del campo de batalla, apelaban impotentes ante las fuerzas policíacas que actuaban con una brutalidad infame. El hecho más impactante y sin precedentes lo protagonizó el capitán del Dínamo, Zvonimir Boban.
Un hincha del Zagreb huía despavorido de las fuerzas de seguridad cuando tropezó y quedó tendido en el campo de juego, inmediatamente un policía comenzó a golpearlo sin cesar, fue entonces que Boban con un rodillazo hizo bolar al policía. Esto sorprendió absolutamente a las fuerzas de seguridad, y, según varios periodistas y fotógrafos situados en el lugar de los hechos fue la patada que inició la guerra de los Balcanes.
En un movimiento impulsado por la impotencia, por el hartazgo y por la valentía de arriesgar su impecable carrera futbolística, Zvonimir Boban se convirtió en un héroe croata, demostrando como en momentos de desespero, de desigualdad, de injusticia y del hartazgo, un pueblo sometido por la violencia Serbia dijo basta, y que luego del conflicto bélico mencionado, se convertiría en una república libre e independiente.

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Lula llamó a Cristina Kirchner tras el fallo de la Corte Suprema. Le pidió “mantenerse firme” tras la ratificación de la condena.
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