La FAO advirtió que los ajustes comerciales de Estados Unidos aumentan la presión inflacionaria global. Lácteos, cereales y carne lideran la suba -esto se observa actualmente en Argentina-.
En abril, los precios globales de los alimentos registraron un aumento del 1% en comparación con marzo, impulsados por las tensiones comerciales generadas por el conflicto arancelario entre Estados Unidos y sus principales socios, según informó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
De acuerdo con el índice mensual que publica el organismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento interanual del 7,6%, una aceleración frente al 6,9% registrado en marzo. Entre los rubros que más subieron figuran los lácteos (2,4% mensual y 22,9% interanual), la carne (3,2% mensual, liderada por el cerdo), y los cereales (1,2%).

“La suba de los precios se vio impulsada por una combinación de factores, incluidos los ajustes en las políticas arancelarias de importación de Estados Unidos, las fluctuaciones monetarias y el comportamiento preventivo de algunos países que buscaron abastecerse para mitigar el impacto de los nuevos gravámenes”, sostuvo la FAO en su reporte.
En particular, el organismo señaló que “el aumento de las cotizaciones de la carne en la Unión Europea respondió a una mayor demanda mundial de importaciones”, lo que influyó directamente en la variación del índice global. En el caso de los cereales, el repunte se vinculó con un mayor dinamismo de la demanda, mientras que los lácteos marcaron el crecimiento más significativo del año.
No todos los rubros registraron aumentos. Los aceites vegetales bajaron un 2,3% respecto al mes anterior, aunque todavía se ubican un 20,7% por encima del nivel de abril de 2024. La FAO explicó que el descenso fue consecuencia de la caída en los precios del aceite de palma, que contrarrestó el alza en los aceites de soja y colza. El aceite de girasol, en tanto, se mantuvo estable.
El azúcar, por su parte, acumuló su segundo mes consecutivo de caída, con una merma del 3,5% en abril. “La baja se explica en gran parte por la incertidumbre sobre las perspectivas económicas globales y su impacto en la demanda de los sectores de bebidas y alimentos procesados”, detalló el informe.
Análisis económico: impacto en Argentina
Para la Argentina, el encarecimiento global de los alimentos representa una oportunidad y un riesgo a la vez. Por un lado, los sectores agroexportadores podrían verse beneficiados por precios más altos en el mercado internacional, especialmente en rubros como la carne, los lácteos y los cereales. Esto podría traducirse en mayores ingresos por exportaciones, algo clave en un contexto de escasez de divisas.
Sin embargo, el contexto global también puede agravar la presión inflacionaria interna. La transmisión de precios internacionales al mercado doméstico es una amenaza constante, especialmente en productos sensibles del consumo masivo. Si bien el gobierno de Milei promueve una apertura comercial, deberá equilibrar este escenario con medidas que eviten una nueva escalada en los precios de los alimentos que impacte de lleno en el poder adquisitivo de la población.