En diálogo con Radio Up, Rau brindó detalles sobre el camino recorrido hasta lograr una de las sentencias más significativas de la provincia de Misiones, en una causa que involucró evidencia digital compleja y marcó un antecedente a nivel nacional.
El trabajo detrás de escena
Rau explicó que el análisis del expediente comenzó a finales de enero, cuando el tribunal les dio acceso al mismo. Desde allí, se inició un proceso “minucioso” de revisión de pruebas, pericias técnicas y organización de testigos. “Nosotros fuimos construyendo nuestra idea del global de lo que es el hecho que teníamos que presentarle al tribunal”, señaló.
La sentencia más severa contra Germán Kiczka, ex diputado provincial, se justificó porque “lo que tenía Germán en su poder era más videos y más dispositivos involucrados que su hermano Sebastián”. Esa diferencia se tradujo en una mayor presión de pena.
El expediente contenía cerca de 600 pruebas. Según Rau, el análisis técnico fue crucial: “Cuando hay que evaluar algo que excede el marco de nuestra ciencia, del derecho, tenemos que apoyarnos en la opinión de consultores técnicos, de peritos”.

El rol clave de los dispositivos y los archivos MASI
Uno de los puntos centrales del caso fue una computadora Acer. “Fue uno de los primeros dispositivos involucrados, a partir del cual se disparan varios allanamientos conexos”, destacó. Ese dispositivo, junto a los denominados “archivos MASI”, resultaron fundamentales para trazar conexiones entre los acusados y los hechos investigados.
Frente a las críticas de la defensa sobre la abundancia de testigos, Rau aclaró: “Hubo muchos testigos que concurrieron por ser parte de la policía. Lo que a nosotros nos aportaban era la legitimidad del secuestro de determinado bien”.
Con una metáfora elocuente, el fiscal comparó el trabajo del juicio con una obra de arte: “Si nosotros hablamos de la pintura de ‘la Gioconda’ sería difícil describir cuál pincelada fue más importante que la anterior. Todo forma parte de un todo”.
Nuevos desafíos en el entorno digital
El caso Kiczka también marcó un precedente por la naturaleza de la evidencia. Para Rau, investigar en el entorno digital requiere una lógica diferente: “No es lo mismo investigar un delito que sucede en el mundo físico que uno que sucede en un entorno digital”. Y ejemplificó: “Puedo secuestrar un montón de dispositivos, pero si no los proceso en laboratorio, puede que no tengan evidencia relevante”.
El fiscal advirtió que estos delitos ya no son una rareza. “Tenemos que empezar a acostumbrarnos a este tipo de investigaciones”, dijo, y resaltó que incluso recibieron colaboración desde el exterior para entender las características del caso.
Además, alertó sobre los peligros que acechan en internet: “La vulnerabilidad no está asociada solamente a los jóvenes. Todos estamos expuestos. Hay grupos muy grandes de cibercriminales que tienen hasta organigramas como de empresas”.
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El valor de las declaraciones
Los hermanos Kiczka decidieron no responder preguntas durante el juicio, aunque sí realizaron declaraciones. “Declararon, pero no bajo juramento. Eso quiere decir que pueden no decir la verdad”, explicó Rau. Aun así, esas palabras fueron valiosas para la fiscalía: “Siempre es importante tener la palabra de la persona que está inculpada, más allá de que se conduzcan o no con la verdad”.
Por último, Rau confirmó que se apartaron los testimonios de Leonardo Kiczka (padre de los condenados) y Pedro Puerta, para investigar si incurrieron en falso testimonio, aunque evitó dar precisiones sobre posibles sanciones futuras.
Tres detenidos y dos menores de 17 años demorados por delitos en un día en Posadas.https://t.co/YBmXwLrvUj
— RadioUp (@radioup955) April 23, 2025