Las alergias y los resfríos pueden parecer similares, pero presentan diferencias claras. Especialistas del Hospital Garrahan y de la SAP brindaron pautas para reconocer síntomas y actuar en consecuencia. También detallaron el rol de las escuelas y las familias.
Especialistas del Hospital Garrahan y de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) informaron sobre las diferencias entre resfríos y alergias, dos afecciones frecuentes en niños. En muchos casos, las familias consultan cuando el “resfrío” no cede y persisten síntomas. Los profesionales indicaron que un resfrío común dura aproximadamente siete días. En cambio, los síntomas alérgicos continúan mientras haya exposición a los alérgenos. Además, los resfríos pueden provocar fiebre y dolor muscular, síntomas que no se presentan en alergias.
Otra diferencia importante es el tipo de mucosidad. En los resfríos, la secreción nasal cambia de fluida a espesa, mientras que en las alergias siempre es acuosa. En lo ocular, el lagrimeo constante indica alergia; en cambio, la congestión se relaciona más con infecciones virales.
Asimismo, la SAP explicó que las alergias surgen por una respuesta anormal del sistema inmunológico ante sustancias como alimentos, medicamentos, polvo o pólenes. Cuando el sistema detecta estos agentes, produce anticuerpos específicos como la inmunoglobulina E (IgE), que desencadena los síntomas.
Dependiendo del órgano afectado, los síntomas varían. Si la reacción ocurre en los bronquios, puede aparecer un broncoespasmo; en la nariz, una rinitis; y en la piel, urticaria o dermatitis. Estas son las formas más comunes de enfermedades alérgicas en niños. En el ámbito escolar, el manejo de estos casos requiere compromiso institucional. Las escuelas deben identificar a los niños alérgicos en las fichas médicas, garantizar un entorno con bajo nivel de alérgenos y contar con protocolos para emergencias.
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Las familias tienen que informar a la institución educativa sobre la condición del niño. Deben presentar informes médicos, brindar contactos de emergencia y detallar posibles desencadenantes y tratamientos. También deben colaborar en eventos escolares donde pueda haber riesgo. El objetivo es evitar situaciones de emergencia, así como la discriminación o la sobreprotección del niño. Una comunicación fluida entre familias, docentes y personal médico permite que los niños con alergias desarrollen sus actividades de forma segura.