“Esto no más tenemos”, fue la frase que más se escuchó aquella primera vez, en 1997, cuando los productores y productoras de distintas zonas rurales de Misiones llegaron a San Vicente con bolsitas llenas de porotos, mandiocas, maíces y esperanza.
Lo que para muchos parecía poco, para Gerardo Segovia y quienes organizaron aquella primera Feria Provincial y Regional de Semillas Nativas y Criollas, fue un acto político y espiritual. “Era muchísimo, aunque estaba oculto en las chacras al fondo”, recordó el referente del Movimiento por las Semillas Campesinas de Misiones, quien participó desde el comienzo de esta gesta campesina que hoy cumple 28 años.
La semilla como símbolo, como legado y como herramienta de soberanía: eso fue, y sigue siendo, el corazón de estas ferias, que hoy se multiplican en toda la provincia. “La primera feria fue un acontecimiento muy importante para la historia misionera de la soberanía alimentaria”, destacó Segovia. Y agregó: “Se compartieron más de 500 semillas nativas y criollas en San Pedro. Fue la primera vez que muchos campesinos salieron de sus chacras con lo que tenían: su alimento, su historia, lo sagrado”.
De lo local a lo continental
La experiencia comenzó como parte de programas nacionales como el ProHuerta o el Programa Social Agropecuario en los años ’90, cuando desde el territorio se empezaron a articular capacitaciones y espacios de formación rural, especialmente con mujeres. “Las mujeres rurales fueron las primeras en decir que las semillas se estaban perdiendo, y que había que encontrarse para cuidarlas”, recordó Segovia.
A partir de allí, se formó un equipo coordinador que, con el tiempo, derivó en lo que hoy se conoce como el Movimiento por las Semillas Campesinas de Misiones, con fuerte arraigo local, pero también con vínculos regionales y continentales. “Desde hace 10 años somos parte del Movimiento Agroecológico de América Latina y el Caribe”, contó Segovia, subrayando la dimensión internacional de estas luchas.
Organización horizontal, sin dueños
Más allá de los granos y las plantas, lo que floreció en estos años fue un modelo organizativo alternativo: “No hay duelo, todos somos protagonistas. Horizontal, democrático. Un proceso organizativo muy importante para estos tiempos”, explicó Segovia.
El movimiento se transformó en una red de actores sociales, escuelas, familias agricultoras y espacios eclesiales que construyen desde abajo, sin jerarquías impuestas, con el alimento como centro político y espiritual. “Esto pasa de un intercambio entre vecinos a un espacio de lo público”, recordó sobre aquella primera experiencia.

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Actividades y celebraciones
Las actividades por el 28º aniversario de la Feria de Semillas comenzaron el 19 de julio en Montecarlo y continuarán durante varias semanas en distintas localidades: Iguazú, Capioví, Garupá (2 de agosto), Oberá (7 de agosto), 2 de Mayo, El Soberbio, y Pozo Azul (13 de septiembre). Además, el 1º de agosto habrá una actividad especial en coincidencia con la celebración de la Pachamama, uniendo espiritualidad y siembra.
También se sumará el Encuentro Nacional de Semillas Nativas y Criollas dentro de las actividades del movimiento latinoamericano LAICRIMPO, que este año conmemora sus 35 años en Eldorado. “Hoy que podamos realizar esto es una gesta muy importante para nosotros, en estos tiempos tan difíciles para el país y el mundo”, concluyó Segovia, remarcando el valor colectivo de una lucha que sigue echando raíces.
Iguazú lidera la ocupación hotelera invernal en Misiones con 78%. Posadas (65%) y El Soberbio (67%) quedaron por debajo del promedio provincial. Más de 78 mil turistas visitaron la provincia https://t.co/8zrm0nCZxp pic.twitter.com/bhAKHBL747
— Radio Up 95.5 (@radioup955) July 21, 2025
Te dejamos la entrevista completa: